Te contamos cómo se construyeron los muñecos de Gato y Mortando
Si algo se tuvo claro desde el principio en Blue & Malone. Casos Imposibles fue el deseo de “rodar” a los personajes de animación con un doble objetivo: facilitar el rodaje de la parte real teniendo en cuenta la animación que posteriormente se integraría y servir de guía para que el resultado de esas animaciones fuera perfecto.
La solución fue construir ficticios, unos muñecos de referencia que pudieran ser manipulados durante el rodaje. “Para la actriz Aura Garrido fue una ayuda fundamental: pudimos marcar con exactitud la dirección de su mirada y ella podía hacerse una idea precisa de la posición de cada uno de los personajes en cada plano, podía tocarlos, sentirlos presentes. Siempre rodábamos un ensayo con ficticios, después los retirábamos de escena y se rodaba la toma vacía sólo con Aura. Además, esa toma de ficticios nos daba una información muy valiosa de cómo la luz y las sombras interactuaban con los personajes, algo fundamental a la hora de integrarlos con la imagen real en postproducción”, explica Manuel Carbajo, Director de Producción de Blue & Malone. Casos Imposibles.
La responsable de este trabajo fue Esther Rodríguez Luaces, artista y profesional de atrezzo o prop maker en Producciones Mutis quien construyó, además de un Mortando a escala 1:1 y una cabeza de Gato con un armazón metálico que permitía moverlo, otros dos props, el Desadultizador y la María Luisa de juguete que aparece en una de las secuencias.
La construcción de todos estos personajes y elementos fue un trabajo singular, muy concreto y lleno de detalles que duró varios meses. “Tener a Gato y a Mortando nos llevó un mes y medio más o menos – cuenta Esther – Fue un trabajo de varios profesionales. Primero los artistas de ESDIP modelaron en tres dimensiones a los protagonistas. Me enviaron los archivos y yo los mandé fresar en porexpan a un artista fallero que tenía la tecnología necesaria ( fresadora). Después los acabamos en el taller con unas estructura y vistiéndolos con sus respectivas pieles y telas previamente teñidas para que se asemejaran lo más posible a los colores que tienen los personajes finales”, detalla.
La segunda parte del trabajo fue para el Desadultizador, la Maria Luisa y la manta de pelo que se asemeja a Gato y que se puede ver casi al final del cortometraje. Tres semanas para la construcción de estos elementos que también tuvieron su complicación:
Sus diseños fueron obra de Jesús García Guijarro, de ESDIP Animation Studio. Por una parte, el desadultizador se imprimió en 3D en Valencia y después, con pastas, pinturas, tornillitos y chapas, Esther Luaces fue copiándolo hasta que llegó a ser prácticamente idéntico a la versión digital (es casi indistinguible uno del otro). La María Luisa de juguete supuso un quebradero de cabeza para Luaces y su equipo. Su tamaño no era grande pero sí era pesada al estar modelada en metal. Además, tenía que moverse de forma autónoma (Esther suele hacer cosas que se mueven por la mano de alguien) usando el interior de un coche teledirigido. “Los únicos que cabían dentro tenían muy poca potencian, apenas podían desplazar el peso metálico de Maria Luisa y me preocupaba que no funcionase” – recuerda la artista. “El día del rodaje Maria Luisa se portó como la reina que es. El Director, Abraham, me llamó cuando acabaron para decirme que lo habían logrado y yo casi me muero del gusto al oírle”.
Para Esther este trabajo ha supuesto un antes y un después, ya que nunca se había enfrentado a algo parecido: “Lo que más me gustó fue encontrar la comunicación entre procesos digitales y artesanales. Cómo se entrelazan modelados digitales, fresados o impresiones 3D con acabados a mano y técnicas artesanales. Es de las veces que he visto más clara esa comunicación. Me encantó trabajar así”.